La crisis de las materias primas afecta cada vez a más sectores, derivando en un encarecimiento generalizado de los productos. Ya no sólo hay escasez de materiales esenciales para la producción de bienes como el cartón, aluminio o plástico, sino también de elementos esenciales para el desarrollo tecnológico, o materias esenciales para la producción de automóviles como el cobre o el acero. Así pues, la escasez de materias primas amenaza a todos los sectores y se explica por el aumento exponencial del consumo de estas materias. En otros términos, el planeta está cansado. En el caso de la transición ecológica, la demanda de materias primas necesarias supera de largo la oferta en las reservas disponibles.
La escasez de silicio -coste del cual depende el 80% del precio de un módulo fotovoltáico- ha provocado que los precios de los módulos solares hayan aumentado casi un 20% desde 2021.
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En el sector de la energía solar, cuya escasez de silicio -coste depende el 80% del precio de un módulo fotovoltaico- ha provocado que los precios de los módulos solares hayan aumentado casi un 20% desde 2021. Según la consultora IHS Markit se prevé que la escasez de materias que afecta al suministro de la industria fotovoltaica persista hasta, al menos, 2023. En este contexto, y teniendo en cuenta la presente y probablemente futura escasez de materiales, es necesario establecer de forma urgente , soluciones como el reciclaje y la reutilización de materiales.
La escasez ha puesto de manifiesto la necesidad de adoptar progresivamente estrategias de circularidad, no solo para favorecer la disponibilidad de las materias primas necesarias, sino para apostar por la sostenibilidad del planeta. Se estima que aplicar la economía circular ayudaría a favorecer hasta un 45% la reducción de las emisiones derivadas de la producción y el consumo. En el caso de las placas solares -a diferencia de otras energías como la eólica-,a través del reciclaje se puede reaprovechar hasta el 90% de sus materiales. Esta técnica permite aprovechar casi la totalidad de sus materiales. Esta técnica permite aprovechar casi la totalidad de sus materiales. La mayoría de parques solares que tiene hoy España se construyeron entre 2006 y 2008, por lo que dentro de cinco años puede empezar la ola de desinstalación y en consecuencia, unas 80.000 toneladas de placas solares podrían ser recicladas. Estas cifras seguirán disparándose en el futuro ya que el objetivo marcado por el Gobierno es quintuplicar la potencia fotovoltaica de España para 2030.
Según la Agencia Internacional de Energías Renovables, los materiales reciclables en los módulos solares antiguos tendrán un valor de 15.000 millones de dólares en activos recuperables para el año 2050, y representarán hasta 78 millones de toneladas métricas de materias primas. Además, en España los fabricantes de paneles solares están obligados por ley a cumplir los requisitos legales de reciclaje para que éstos no se conviertan en una carga para el medio ambiente.
En el caso de las placas solares, a través del reciclaje se puede reaprovechar hasta el 90% de sus materiales.
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Con todo, parece que toca ponernos manos a la obra y empezar a estudiar -o seguir haciéndolo, para los que ya hemos empezado- la opción más viable para el reciclaje de módulos fotovoltaicos.