De acuerdo con varios medios de comunicación, la electricidad ya se ha disparado más de un 30% debido en la guerra entre Rusia y Ucrania. Esta situación, hace que sea urgente redefinir la estrategia energética, tanto a nivel nacional, como empresarial. Además, hay que sumar en las fuertes subidas de precio que ya sufrimos durante el pasado 2021.
Se ha llegado a pagar más de 440 euros/MWh, y esto está provocando una notable caída de la competitividad del país.
Parte de esta estrategia pasa porque los consumidores se conviertan en productores de energía a través de la tecnología fotovoltaica.
De este modo, los consumidores no solo tendrán un importante ahorro en su factura, también aumentarán la oferta y reducirán la demanda de energía. En consecuencia, contribuirán en la bajada de precio de la energía a nivel nacional.
Conscientes de esta necesidad, las relaciones publico-privadas cada vez son más apretones. Ya son varías las ayudas que han salido para promover las instalaciones fotovoltaicas, y se prevé que estas vayan en aumento durante los próximos meses.
Con todo, vemos que la necesidad de instalar paneles es cada vez más evidente, y que ahora es el momento de tomar la decisión. Este hecho se debe al alto precio de la energía, y también a las ayudas públicas disponibles y la necesidad estructural de aumentar la oferta energética.