Las comunidades energéticas son una herramienta clave para democratizar la energía y avanzar hacia un modelo más sostenible, descentralizado y participativo. A diferencia de inscribirse en una comunidad ya creada, formar una desde cero requiere organización, visión y un plan bien estructurado.
En esta guía práctica te explicamos cómo crear una comunidad energética en España paso a paso, qué decisiones tomar en cada fase y qué apoyos puedes encontrar en el camino.
Construir el equipo impulsor
Toda comunidad energética comienza con un grupo motor. Puede estar formado por vecinos, una cooperativa, empresas locales o incluso el propio ayuntamiento.
Recomendaciones para este paso:
- Contacta con el ayuntamiento: aunque no se integre como socio, suele ser un aliado clave.
- Empieza con un grupo pequeño pero motivado. La participación crecerá cuando el proyecto sea visible.
- Incluye perfiles diversos: ciudadanos, técnicos, empresas locales, representantes sociales.
- Busca apoyo técnico desde el inicio, aunque sea externo.
💡 Consejo: La clave en esta fase no es tener el proyecto definido, sino generar confianza y compromiso.
Constitución legal de la comunidad
Una vez definido el grupo, llega el momento de darle personalidad jurídica. Sin ella, no podrás gestionar contratos, solicitar subvenciones ni firmar acuerdos.
👉 Formas jurídicas habituales en España:
- Cooperativas energéticas (la más común).
- Asociaciones sin ánimo de lucro.
- Fundaciones.
- Consorcios municipales.
- Empresas de interés comunitario.
Recomendación: contar con asesoría legal para elegir la forma más adecuada y redactar estatutos que regulen la participación, la gobernanza y la toma de decisiones.
Definición de objetivos y alcance
En esta fase, la comunidad debe responder a preguntas clave:
- ¿Qué queremos conseguir? (ahorro, sostenibilidad, lucha contra pobreza energética…).
- ¿Qué actividades vamos a realizar? (autoconsumo, movilidad eléctrica, rehabilitación energética…).
- ¿Cuál será el ámbito de actuación? (barrio, municipio, comarca).
Formas de participación de los miembros:
- Inversión directa en los sistemas fotovoltaicos.
- Compra de energía a través de la comunidad.
- Créditos energéticos para repartir la energía producida entre los socios.
Herramientas útiles:
- Análisis de casos de éxito en España y Europa.
- Estudios técnicos de viabilidad.
- Catálogo de tecnologías disponibles (fotovoltaica, almacenamiento, cargadores de vehículo eléctrico).
Consejo: no intentes abarcarlo todo al inicio. Empieza con un proyecto piloto sencillo y luego amplía.
Diseño técnico e instalación
Aquí comienza la parte práctica: elegir la ubicación, dimensionar la instalación y planificar la ejecución.
Pasos clave:
- Realizar un proyecto técnico (normalmente solar fotovoltaico).
- Definir la potencia necesaria según los socios.
- Solicitar permisos y licencias.
- Buscar financiación (subvenciones, aportaciones de socios, préstamos verdes).
- Contratar a una empresa instaladora especializada.
Consejo: aprovecha programas de ayudas a la instalación de placaas solares como el CE Implementa (IDAE), financiado con fondos europeos, que cubren parte de la inversión.
Puesta en marcha y gestión de la comunidad
Una vez instalada la planta de energía renovable, la comunidad entra en fase operativa.
Aspectos a gestionar:
- Gobernanza democrática (asambleas, comités).
- Gestión económica (cuotas, reparto de beneficios, facturación).
- Monitorización de consumos y resultados.
- Comunicación con los socios (informes, boletines, reuniones).
- Mantenimiento preventivo y correctivo de las instalaciones.
Consejo: establece un sistema de transparencia y comunicación fluida para mantener la confianza de todos los miembros.
Caso práctico: comunidades energéticas locales en Girona
En municipios como Pals, Sant Julià de Ramis o Tossa de Mar, ya se han constituido comunidades energéticas municipales en las que participan vecinos, empresas y los propios ayuntamientos. Estos proyectos muestran que:
- Es posible empezar con instalaciones de pocos kWp.
- El ahorro se traduce en reducción de la factura eléctrica de hogares y dependencias públicas.
- El impacto ambiental se mide en emisiones evitadas equivalentes a decenas de árboles cada año.
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Beneficios de crear una comunidad energética
- Ahorro económico colectivo.
- Reducción de emisiones y fomento de renovables locales.
- Cohesión social al implicar a vecinos y administraciones.
- Independencia energética frente a grandes compañías.
- Acceso a ayudas y subvenciones europeas.
Crear una comunidad energética no es un proceso inmediato, pero con un grupo motor fuerte, asesoramiento adecuado y el marco normativo vigente, es posible desarrollar proyectos que generen beneficios económicos, sociales y ambientales para todos los participantes.
👉 Si quieres poner en marcha una comunidad energética en tu municipio o barrio, consulta nuestro servicio de instalación de comunidades energéticas. Te acompañamos en todas las fases, desde la idea inicial hasta la gestión a largo plazo.