Una Comunidad Energética es una entidad jurídica formada por socios o miembros -que deben ser personas físicas, pymes o autoridades locales-, cuya finalidad primordial es proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios o miembros o en las zonas locales donde opera1. Además, la Comunidad Energética está completamente controlada por los miembros que también son usuarios finales. De esta forma, el consumidor final es partícipe de sus decisiones energéticas, presentando un modelo donde los flujos energéticos y económicos son bidireccionales.
El beneficio más evidente de las Comunidades Energéticas es el ahorro económico en la factura eléctrica de los consumidores, ya que éstos se nutren de la energía renovable producida en la instalación de autoconsumo. Además, varios consumidores pueden beneficiarse de una única instalación fotovoltaica, lo que reduce drásticamente los años de amortización, aumentando la rentabilidad de las instalaciones.2.
Pero también otroso beneficios como el augmento de la sensibilización medio ambiental, fomentando el uso de recursos energéticos a nivel local Por otra parte, también pueden ser una poderosa herramienta para erradicar o reducir la pobreza energética, ya que suelen asignar electricidad a bajo coste a los que participan. Cuando las comunidades tienen los medios para producir su propia energía, también tienen -por tanto- más control sobre los costes3. Por último, a nivel medioambiental, la expansión de las Comunidades Energéticas fomentará el uso de las energías renovables, contribuyendo a la reducción de gases contaminantes.
Las comunidades energéticas en España juegan cada vez un papel más relevante y se prevé que en 2030 las comunidades energéticas serán capaces de producir un tercio más de energía de lo que se produce con el autoconsumo fotovoltaico sobre cubiertas y tejados4. Además, las comunidades energéticas podrían cubrir hasta el 60% de la demanda eléctrica de España. El informe concluye que para seguir caminando en la dirección de una transición ecológica que no sólo se base en las energías renovables sino que promueva una participación ciudadana real, es necesario impulsar el autoconsumo fotovoltaico y promover la creación de comunidades energéticas.
Por otra parte, las agencias de la energía son organizaciones que actúan como asesores en poléticas energéticas, contribuyendo a la aplicación de poléticas energéticas sostenibles en colaboración con las autoridades públicas, con las pequeñas y medianas empresas, y con los ciudadanos. Estas agencias trabajan a nivel local o regional para promover la eficiencia energética y las fuentes de energía renovables. El rol de las Agencias de Energía, como la de Barcelona a nivel local, es trabajar para que se logren unos niveles óptimos de utilización y gestión de los recursos energéticos locales, y trabajar hacia el desarrollo sostenible y el uso mayoritario de las energías renovables. El informe de la Comisión Europea sobre los resultados de las Agencias Europeas de la Energía establece que, en promedio, las agencias energéticas han contribuido a la elaboración de más de 5 Planes de Acción para la Energía Sostenible (PAES) por cada millón de habitantes, lo que confirma el potencial de las Agencias para crear impactos positivos a través del desarrollo y aplicación de los PAES.5.
Si queremos seguir avanzando hacia la transición ecológica y construir sociedades más sostenibles que dependan más de las energías renovables, la promoción de la creación de comunidades energéticas y las agencias de energía serán claves en este camino.